Una de las secuelas más importantes fue la serie de aproximadamente 200 terremotos que sacudieron la isla después de que el volcán empezara a expulsar magma por una nueva zona el 24 de diciembre a las 11:00 —hora local—.
La gran cantidad de cenizas que fueron lanzadas al aire cubrieron las aldeas cercanas y paralizaron el funcionamiento del aeropuerto de Catania.
Hasta el momento no ha habido heridos y se ruega a los lugareños que tomen ciertas medidas de precaución para evitar percances.
Las autoridades también expresaron su preocupación por el posible daño que puede infligir la ceniza volcánica a los agricultores de la isla.
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