"Las fuerzas militares y de seguridad birmanas han desatado una campaña dirigida contra el pueblo rohinyá: matan a civiles desarmados, violan a mujeres y niños, incendian aldeas y plantan minas terrestres a lo largo de las zonas fronterizas transitadas por refugiados que huyen para salvar sus vidas. Hoy [el 14 de diciembre], la Cámara de Representantes tomó una postura al aprobar la resolución 1091, declarando genocidio estos crímenes", dice una nota de prensa publicada en el sitio web del comité de Asuntos Internacionales.
Los rohinyás se establecieron en Arakán (antiguo nombre de Rakáin) a finales del siglo XIX y a principios del XX, durante la época colonial cuando los británicos alentaron su traslado desde Bengala Occidental al norte de Birmania donde había escasez de mano de obra agrícola.
Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana estimada entre 1,1 y 1,5 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.
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La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima en 706.000 el número de refugiados rohinyás que llegaron a Bangladés desde el 25 de agosto de 2017 huyendo de la violencia en Rakáin. Si se suman las llegadas anteriores, la comunidad rohinyá en el distrito bangladesí de Cox's Bazar asciende a 919.000 personas.