Poco antes la OTAN llamó a Moscú a modernizar el Documento de Viena de la OSCE, de manera que el bloque militar pueda observar las maniobras imprevistas que se realizan de vez en cuando en Rusia.
El jefe de la OTAN recordó que, desde el fin de la Guerra Fría, Rusia no ha invitado ni a un solo aliado de la OTAN a observar sus maniobras.
"Tenemos que trabajar en aras de lograr el diálogo con Rusia, de superar las relaciones difíciles", destacó Stoltenberg.
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El oficial señaló que algunos no creen en la posibilidad de mejorar las relaciones con Moscú, y recordó que, en su momento, muchos tampoco consideraban posible la caída del muro de Berlín.
El Documento de Viena de 2011 obliga a los Estados participantes a aceptar inspecciones de otros países participantes para confirmar que no están teniendo lugar actividades militares no notificadas en las áreas determinadas en que se pueda sospechar que tales actividades pudiesen tener lugar, y visitas de evaluación, para comprobar sobre el terreno si la información facilitada en el intercambio anual de información militar es o no correcta.
La parte rusa ha declarado en ocasiones anteriores que la confianza entre Moscú y la OTAN puede aumentar solo si este último bloque renuncia a su política de contención, y no mediante la reforma del Documento de la OSCE sobre observación de maniobras.
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