"Los talibanes deben entender que la continuidad de la violencia no tiene sentido y es contraproducente, y para que sean parte del futuro de Afganistán, deberían sentarse en la mesa de negociaciones", declaró Stoltenberg en la rueda de prensa con el presidente afgano.
"Aplaudimos la tregua de verano, fue breve, pero fue el primer paso importante en la dirección correcta, la OTAN no es parte directa en el proceso de negociación, pero proporcionamos apoyo al Gobierno afgano para crear condiciones políticas para la solución pacífica", aseguró.
Agregó que "se requieren unas fuerzas de seguridad afganas fuertes para que todos los insurgentes y los talibanes entiendan que pueden lograr más en la mesa de negociaciones que en el campo de batalla".
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El secretario general está convencido de que ahora tienen "más posibilidades para la paz que durante muchos años".
Afganistán vive una situación de inestabilidad política, social y de seguridad a raíz de los ataques que lanza el movimiento Talibán y, desde 2015, el grupo terrorista ISIS (proscrito en Rusia), pese a la fuerte presencia militar de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.
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La misión Resolute Support (Apoyo Decidido), lanzada en 2015 para entrenar, asesorar y asistir a las fuerzas de seguridad afganas, cuenta hoy con unos 16.000 efectivos procedentes de 39 países, miembros de la OTAN y sus socios.