Previamente se informó de seis víctimas mortales.
El cuerpo de bomberos, que coopera con otros servicios de emergencia para eliminar las consecuencias de la tormenta, comunicó también a Sputnik que los bomberos realizaron cerca de 8.000 operaciones desde el inicio de la tempestad.
Se precisa que casi 6.000 bomberos participan en estas operaciones.
El pasado fin de semana los vientos fuertes y las lluvias torrenciales afectaron a varias regiones de Italia, algunas de ellas permanecen en alerta roja.
Unas 300 personas se quedaron sin electricidad por ruptura de líneas de transmisión eléctrica en las regiones de Veneto y Liguria.
Además, el sistema nacional de transporte y las comunicaciones aéreas fueron parcialmente paralizadas a causa de la tormenta.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ordenó movilizar a todas las fuerzas del servicio nacional de defensa civil.
En particular, el Ministerio del Interior propuso cerrar temporalmente las instituciones infantiles y públicas, las escuelas de Roma, Nápoles, Génova y otras ciudades italianas ya permanecen cerradas este 30 de octubre.