En julio el Ejército israelí y los Ministerios de Exteriores de Israel y Jordania confirmaron que el país hebreo evacuó durante tan solo una noche a 800 sirios —miembros de la organización Cascos Blancos y sus familias-. Israel les permitió entrar en su territorio y los trasladó a Jordania.
La organización Cascos Blancos declaró que su objetivo es la protección de la población civil en Siria, que es neutral y no tiene nada que ver con acciones militares realizadas en el país árabe. Sin embargo, en la red aparecieron vídeos en los que se veía cómo miembros de los Cascos Blancos creaban montajes, maquillaban a las supuestas víctimas y les decían lo que tenían que decir.
El Ministerio de Exteriores de Rusia calificó la labor de los Cascos Blancos como un elemento más de la guerra informativa contra las autoridades de Siria.