"Sorprende al Gobierno Bolivariano que la Comisión Europea, lejos de trabajar en mecanismos de diálogo y cooperación con Venezuela, centre sus esfuerzos en asumir pasivamente el rol de "eslabón inútil" en la oscura estrategia de agresión que el Gobierno supremacista de Estados Unidos, pretende implementar en Venezuela", indicó la Cancillería de la nación suramericana a través de un comunicado.
"Esto es ahora un asunto para el sistema de justicia internacional; este hombre tiene que ser llevado ante los tribunales", dijo en rueda de prensa.
Duque, previamente, había dicho que la crisis migratoria de Venezuela "apocalíptica" e incluso "la mayor crisis humanitaria de la historia de Latinoamérica", por lo que insistió que se debía aislar internacionalmente al Gobierno de Maduro.
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Para Caracas, las "hostiles" e "infames" declaraciones de Juncker demuestran el respaldo de ese bloque a la acción desestabilizadoras contra su país.
"Venezuela expresa su más enérgico repudio a las hostiles e infames declaraciones del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en las que dejó en evidencia su respaldo a las tesis desestabilizadoras que algunos gobiernos belicistas pretenden imponer en Venezuela", escribió en su cuenta de Twitter el canciller Jorge Arreaza.
Para el Gobierno venezolano, Duque busca, "lucrarse con los dineros europeos", a través de "mentiras".
La postura de Juncker, está relacionada con la denuncia que introdujeron ante la Corte Penal Internacional (CPI) Colombia, Francia, Argentina, Canadá, Chile, Paraguay y Perú por presuntas violaciones a los derechos humanos cometidas durante protestas antigubernamentales entre 2014 y 2017.
Una denuncia que el Gobierno de Venezuela ha desestimado y considerado como una burla, que a su juicio busca restarle reputación a la Corte Penal Internacional.