"Xinjiang ha lanzado un programa de educación y capacitación vocacional de acuerdo con la ley. Su propósito es deshacerse del entorno y el terreno que abonan el terrorismo y el extremismo religioso y prevenir actividades terroristas violentas", declaró el funcionario.
Según Zakir, Xinjiang ha establecido "un modelo de capacitación en el que las instituciones vocacionales son la plataforma; el aprendizaje de la lengua común del país, los conocimientos legales y las habilidades vocacionales, a la par con la educación encaminada a la desradicalización, son el contenido principal; y el empleo es el objetivo clave".
Este programa, según él, se lleva a cabo en relación con "sospechosos de delitos menores, no sujetos a sanciones penales o que merecen una exención".
Los expertos del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), en un informe publicado a finales de agosto pasado, denunciaron que hasta un millón de uigures y otros musulmanes podrían estar en los llamados campos de reeducación a lo largo de la región de Xinjiang.
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La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, calificó de "profundamente preocupante" esa información.
Por su parte, la portavoz de la Cancillería china, Hua Chunying, dijo que las conclusiones del CERD carecen de pruebas y no corresponden a la realidad.