El MiG-31 lleva dando vueltas por el aeropuerto de Zhukovski desde 2016, pero es la primera vez que se le ve con un misil de estas características, aunque sea una maqueta.
Los pilotos rusos utilizaban los MiG-31D durante la extinta Unión Soviética.
El objetivo era blancos en órbita y durante la década de 1980 se logró desarrollar el misil antisatélite 79M6 Kontakt como respuesta al programa estadounidense Strategic Defense Initiative (SDI) con el que Washington pretendía establecer una defensa antimisiles en el espacio, recuerdan.
El MIG-31D no era más que la versión del MiG-31 designada para portar misiles antisatélite. Era capaz de ascender más de 20 kilómetros, de acelerar a una velocidad de 3.500 kilómetros por hora y de portar la munición necesaria —fuese lo pesada que fuese- para alcanzar blancos en órbita.