El submarino de propulsión nuclear Kazan, que participó por primera vez en las pruebas marítimas de la fábrica, pertenece al proyecto de modernización Yasen-M.
"Esta es la respuesta a la mejora continua de la calidad de los submarinos de nuestros competidores. Con la producción del submarino nuclear Severodvinsk los rusos dieron un importante paso adelante en su capacidad acústica. Queremos mantener el nivel. No queremos alcanzar la paridad acústica, siempre queremos superar cualquier cosa que cualquier otro país ponga en marcha para lograr el dominio submarino", comentó en 2016 el contralmirante estadounidense Michael Jabaley.
El Kazan es un ejemplo de los esfuerzos de Rusia para perfeccionar su tecnología submarina, señaló Majumdar.
Este submarino es el segundo de esta clase botado hace un año y actualmente está pasando por las pruebas y el proceso de homologación. Se prevé que pasará a formar parte de la flota rusa en el año 2019.
Está en proyecto la construcción de un total de siete unidades para el año 2020.
Los submarinos de clase Yasen-M cuentan en su arsenal con minas y pueden lanzar torpedos y misiles de crucero, incluidos los Kalibr, los Onix, y los hipersónicos Tsirkon.
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