Los neurocientíficos calcularon que uno necesita 244 milisegundos para determinar el sexo de la persona y tarda otros 59 milisegundos en decidir si es atractiva o no.
La explicación posible de lo rápido que se evalúa el aspecto físico reside en la evolución humana. Según la hipótesis, en el afán por elegir la pareja más apta, los humanos aprendieron a asociar el aspecto físico con la inteligencia y lo saludable.
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Un grupo de investigadores alemanes llevó a cabo un experimento con 25 estudiantes. Los científicos monitoreaban la actividad cerebral de los participantes mientras estos observaban un centenar de fotos y determinaban el sexo y el nivel de atracción.
"Aunque esto puede considerarse absolutamente injusto, un aspecto atractivo es lo que abre puertas en la vida cotidiana. Las personas atractivas parecen más inteligentes. Además, la gente atractiva suele estar más contenta con su vida y ser más feliz", agregó el estudioso.
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