"En particular, el consorcio Kalashnikov propuso una serie de soluciones técnicas, los sistemas de control automáticos se instalarán para realizar actividades de vigilancia", dijo Borísov a los periodistas.
Borísov recordó que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó con anterioridad fomentar la vigilancia en las bases rusa de Hmeymim y en Tartus.
El vice primer ministro resaltó que el Ministerio de Defensa de Rusia presta la atención necesaria a las cuestiones de seguridad.
Las declaraciones de Borísov tienen lugar después de que el 17 de septiembre un avión Il-20 ruso fuese derribado sobre el Mediterráneo cerca de la costa siria.
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Según el departamento castrense, en esos momentos cuatro cazas israelíes F-16 estaban atacando instalaciones en Latakia y usaron al Il-20 como escudo, exponiéndolo al fuego del sistema sirio de defensa antiaérea, mientras la fragata francesa Auvergne lanzaba misiles hacia Siria.
El Ministerio de Defensa ruso calificó las acciones de Israel de intencionadas y hostiles y declaró que se reserva el derecho a responder adecuadamente.
Por su parte, el Ejército de Israel lamentó el derribo del Il-20 ruso en Siria y subrayó que la responsabilidad del derribo del avión ruso recae solo en Damasco.
Además responsabilizó a Irán y al movimiento chií libanés Hizbulá de lo ocurrido.