"Con el progresismo se rescató a mucha gente pobre y hubo una mejora en el nivel de vida de carácter general, pero dicha experiencia no logró transformar a esas personas en ciudadanos, sino solamente en consumidores", reflexionó el exmandatario.
Mujica estimó que en hubo en América Latina un "legado progresista", que intentó "suturar las peores heridas sociales" que había en la región.
"Eso habla de la impotencia nuestra, pero no me asusta porque perder es humano; nunca hay un triunfo definitivo, porque nunca hay una derrota definitiva, lo único que hay que tener presente es que el progreso social y las políticas sociales son los cristales rotos que quedaron de gente que luchaba para mucho más", agregó.
Peligro civilizatorio
"El capitalismo no tiene un problema de sistema, está generando un peligro civilizatorio; hemos llegado a un grado tal que deberíamos tomar inmediatamente medidas mundiales, pero no podemos hacerlo por el conjunto de intereses que hay que enfrentar; por tanto, es como si tuviéramos que organizar un gigantesco sartén donde hemos decidido freírnos", reflexionó Mujica.
Además: Educación técnica en Uruguay debe renovarse para nueva planta de celulosa
En su opinión, la única esperanza que tiene la humanidad es una revolución tecnológica de tal magnitud que solucione todos los problemas de la contaminación.
Es que, observó, "la fuerza del capitalismo no está en sus ejércitos, está en la cultura que ha generado; la sociedad consumista es como una gigantesca telaraña adentro de la cual estamos todos".
Como opción personal, el veterano dirigente político reiteró su fórmula de vida austera y sin lujos.
"La sobriedad en el vivir es la única manera de defender la libertad individual, porque cuando las personas compran, no lo hacen con dinero, lo hacen con el tiempo de su vida que gastaron para tener esa plata", dijo.
La felicidad de la gente está en el tiempo humano gastado en los afectos y eso mismo es la libertad, según Mujica.
Los seres humanos son "antropológicamente emocionales", ya que tienen "millones de años emotivos y el razonamiento vino mucho después (…) Hoy se sabe que antes de razonar están las emociones; por tanto, no podemos renunciar a lo que somos", dijo.
Mujica, de 83 años, fue diputado, senador y ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca antes de llegar a la Presidencia de Uruguay en las elecciones de 2009.
Integró el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), y estuvo más de 13 años en prisión.
Te puede interesar: Grandes y pequeños: estos son los países que han dicho 'No' al fracking
Fue parte del grupo de "los rehenes" tupamaros, que permanecieron en manos de la dictadura cívico-militar (1973-1985) en condiciones insalubres y bajo amenaza de ser ejecutados si el MLN-T retomaba las acciones armadas.