Aquí los niños están en plena armonía con la fauna y la flora. La Green School nació en 2006 y abrió sus puertas en 2008. En aquel entonces solo eran 90 los alumnos que estudiaban en ella. La electricidad que se consume en el campus la genera la corriente del río.
"Tiene que haber una solución para toda esta contaminación. Espero que no les den igual los osos polares. Son adorables y necesitan hielo", dice una de las alumnas.
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Los niños aprenden a hacerlo todo con sus propias manos y a combinar las ciencias modernas con el conocimiento ancestral.