"Se les imputan los presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, atentado contra agentes de la Autoridad y lesiones", destacó la Guardia Civil en un comunicado.
"En dicha intrusión se utilizaron sierras radiales, cizallas y mazos para cortar los vallados de protección exterior e interior", recuerda el instituto armado.
Según el relato de las autoridades, los migrantes lanzaron a los agentes recipientes de plástico con excrementos y cal viva para evitar que la Guardia Civil se acercara a la zona donde se estaba produciendo el intento de entrada irregular.
Después del intento de salto también fueron intervenidos cócteles molotov y varias bolsas con hachís.
"Como consecuencia de la violencia utilizada por los inmigrantes en su intrusión resultaron heridos de diversa consideración 22 guardias civiles", asegura el comunicado del instituto armado.
En respuesta a estos sucesos, el Gobierno de España decidió recurrir a un acuerdo suscrito con Marruecos en 1992, en virtud del cual las autoridades marroquíes recibirán de vuelta a los migrantes que salten irregularmente a suelo español si Madrid solicita formalmente su devolución.
En consecuencia, los 116 migrantes que consiguieron saltar la valla el pasado 22 de agosto fueron devueltos a Marruecos, exceptuando los casos referentes a personas menores de edad.
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El Gobierno español calificó como "inaceptable" la "violencia" empleada en el "asalto" a la valla de Ceuta y, en consecuencia, aseguró que todas aquellas personas que intenten entrar a España de forma violenta serán devueltas a Marruecos.