Se trataba de perritas callejeras, pesaban no más de 6 kg y medían no más de 35 cm: estas eran las características que debían tener los animales con los que se iba a realizar el experimento. A Belka y Strelka también se las adiestró para que supieran cómo comportarse en la nave espacial: debían comer de una determinada manera, usar sensores y ladrar si detectaban que alguno de los equipos no funcionaba correctamente.
Los animales pasaron unas 25 horas en órbita y volvieron a la Tierra sanos y salvos.