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La ofensiva estadounidense contra la industria automotriz mexicana comenzó antes de Trump

Los aranceles de 25% que el presidente estadounidense planea imponer a la importación de autopartes hacen temblar a la industria mexicana, pero la ofensiva contra el sector automotriz mexicano comenzó mucho antes de Trump.
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Otra batalla de la Guerra Comercial se cierne en el terreno de la industria automotriz. El conflicto comercial iniciado por el presidente estadounidense Donald Trump contra los países cuyos productos amenazan en alguna forma a Estados Unidos se recrudece en el terreno de autopartes, en el que la importación se gravará con aranceles del 25%.

El sector, que le reporta a México un 3% de su Producto Bruto Interno y un 20% de su inversión extranjera directa, deposita en el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, buena parte de su destino. De sus habilidades de negociación del renovado Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y de los citados aranceles, depende buena parte de la industria.

Pero las amenazas no son nuevas y de acuerdo al economista mexicano Huberto Juárez se remontan al menos al 2008.

"La crisis de los años 2008 y 2009 golpeó especialmente la producción norteamericana. En los Estados Unidos la caída de la producción fue tremenda, de cerca de 24%. Y ese fue un asunto en el que el gobierno de (Barack) Obama aún en funciones tomó cartas. Hay un acuerdo que no es público, pero que se revela en las negociaciones entre las empresas y el sindicato norteamericano, en el que bajo la presión de Obama las empresas reconcentraron la producción de unidades de alto valor en el país".

El profesor, investigador titular de la Facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, dijo a Sputnik que ahí empezó un período de cambio en la industria mexicana, en el que la producción de camionetas imperante hasta el momento, fue sustituida por la producción de autos compactos, cuatro veces menos rentables. A esto se sumó una retracción de la inversión.

"Existe un documento que emite el sindicato automotriz en septiembre del año 2011 que anuncia que la General Motors y su sindicato han decidido restablecer trabajos en los Estados Unidos a partir de retirar inversiones previstas para China, Brasil y México. Lo mismo sucede con Ford y Chrysler. Eso tiene un impacto tremendo en la industria mexicana porque los proyectos que estaban pensando para el país se suspenden y México se transforma básicamente en un emplazamiento de autos de bajo valor"    

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