En este encuentro el principal protagonista fue un tiburón blanco de casi 5 metros de largo que se acercó al cadáver de una ballena y trató de llevarse a la boca uno de sus pedazos.
A pesar de que estas especies de peces suelen contar con dientes muy afilados y son peligrosas para los humanos, el escualo no pudo salirse con la suya.
Te puede interesar: Orcas acuden a un banquete sangriento en la bahía de Monterrey