El Sindicato de Periodistas Palestino, la campaña de boicot y varias asociaciones culturales palestinas instaron a evitar que Eurovisión, cuya edición de este año ganó la cantante israelí Netta Barzilai, "se manche de forma irreversible" por las violaciones de los derechos humanos que comete Israel.
"¿Eurovisión habría celebrado el concurso en la Sudáfrica del apartheid?", preguntan los firmantes de la carta comparando la situación que había en Sudáfrica con la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel.
"Independientemente de que se celebre en Jerusalén, Tel Aviv o en cualquier otro lugar controlado por el régimen de apartheid de Israel, el concurso se debe boicotear", indica la carta.
Para evitar en parte las llamadas al boicot, el Gobierno israelí dejó claro que Eurovisión no tiene por qué celebrarse necesariamente en Jerusalén.
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El presidente de EEUU, Donald Trump, rompió el consenso internacional al reconocer Jerusalén como capital de Israel.
El Ejecutivo israelí ofreció Tel Aviv, Haifa y Eilat como posibles sedes para acoger el festival en lugar de Jerusalén y evitar, así, las reticencias de algunos países a participar en el evento.