Según Visokóvich, el 1 de junio tres hombres que afirmaron ser agentes del SBU se acercaron a ella a la entrada de la sala de audiencias, la escoltaron a un automóvil bajo el pretexto de protegerla contra "patriotas ucranianos enfurecidos" y la trasladaron a un edificio administrativo vigilado, donde le hicieron un gran número de preguntas sobre su trabajo.
"Luego uno de los hombres dijo que ellos estarían dispuestos a ponerme en libertad pero que su jefes 'exigían sangre' y que 'la situación tuviera más desarrollo', por lo que yo tenía que firmar algunos documentos", comentó la periodista.
Tras varias horas de esa conversación, durante la cual no se levantó ninguna acta, Visokóvich, ciudadana de Ucrania con permiso de residencia en Lituania, fue obligada a suscribir un documento en el que daba su acuerdo a colaborar con el SBU e informar de los periodistas de RIA Novosti.
"Me dijeron (…) que me pondrían el libertad pero luego se comunicarían conmigo, en caso contrario yo me quedaría allí durante mucho tiempo; antes de liberarme me obligaron a decir ante una cámara de vídeo que no tenía reclamaciones al SBU", relató.
Al final Visokóvich fue puesta en libertad y pudo volver a Lituania pero, debido a su detención, no pudo dar cobertura a la audiencia contra Vishinski.
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Al comentar el suceso, Dmitri Gornostáev, redactor jefe adjunto del grupo mediático Rossiya Segodnya, matriz de RIA Novosti y Sputnik, expresó su apoyo a Visokóvich, quien "tuvo la valentía de denunciar un intento de reclutarla".
"Haremos todo para protegerla, llamamos a todos los periodistas y a la comunidad internacional a apoyar a Irina, mostrar solidaridad en la defensa de los derechos fundamentales de cualquier Estado democrático: el derecho a la libertad de expresión y la libertad de prensa, el derecho a trabajar sin presión de los servicios secretos y sin intimidación", expresó.
Aparte de la casa de Vishinski, los agentes ucranianos irrumpieron en la sede de la corresponsalía de RIA Novosti Ukraina en Kiev y llevaron a cabo un registro que duró alrededor de ocho horas.
Este arresto y los registros realizados por las autoridades ucranianas han sido duramente criticados en Rusia.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, declaró que Rusia está indignada por la violación tan flagrante de los derechos de los periodistas en Ucrania.
Moscú ha exigido la liberación inmediata de Vishinski y el cese de las persecuciones a los medios de comunicación en Ucrania.
El 1 de junio el periodista anunció que quiere renunciar a la ciudadanía ucraniana y pidió ayuda en su liberación al presidente de Rusia, Vladímir Putin.
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