"Es un evento importante que culmina un largo proceso, desde Aiete hasta la actualidad", afirma el académico uruguayo y catedrático de la Universidad de Tel Aviv en referencia a la Conferencia Internacional de Paz que se celebró en Donostia en 2011 y donde se anunció el fin de la lucha armada.
Organizado por el mencionado grupo de mediadores y las organizaciones cívicas, Foro Social Permanente y Bake Bidea (Camino de la Paz), el evento está formulado como garante de la desmovilización de ETA, tras casi seis décadas de lucha armada y acciones terroristas.
"Los años de paz que se viven ahora es una clara muestra de que todo este proceso ha servido, aunque aún quedan espinas por otro lado", observa el profesor de la Facultad de Ciencias Sociales.
ETA ha dado por concluido el "ciclo" de la violencia tras la entrega de gran parte de sus armas y explosivos en 2017 y de un proceso de reflexión interna, según admitió en su último comunicado del 20 de abril.
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Fuentes cercanas a los militantes no esperan una modificación del 'mea culpa' en el comunicado final de la disolución del grupo, previsto de difundirse esta semana.
"¿Cómo se recordará el conflicto, cuáles son las enseñanzas que nos deja el fin de ETA, qué sucederá con los presos…?", plantea Spektorowski.
Datos de la asociación Etxerat sitúan a 225 presos vascos en cárceles del Estado Español, 52 reclusos en Francia y cuatro en Euskadi.
ETA ha matado a 829 personas desde su fundación como organización revolucionaria de liberación nacional, en diciembre de 1959, y hasta el anuncio del cese de la violencia en 2011.