La visita fue organizada por el Ministerio de Defensa de Rusia y tuvo lugar el 21 de abril, informa uno de los participantes del viaje, el bloguero ecoross1.
Los sistemas de defensa antiaérea S-400 y Pantsir, los bombarderos Su-24M2, los cazabombarderos Su-34 y los cazas Su-35S estuvieron en el centro de atención de los visitantes. Cada aeronave está protegida por gaviones.
El periodista del medio Gazeta.ru, Mijaíl Jodarenok, destacó los 'radares voladores' rusos A-50U.
Aunque la tripulación de Hmeymim realiza entrenamientos de combate, algunos aviones se encuentran armados en caso de acciones terroristas repentinas.
Además, Jodarenok logró grabar el generador eléctrico de aeródromo APA-5D en el chasis del vehículo Ural-4320.
El bloguero ecoross1, por su parte, entrevistó a pilotos de los Su-24, los cuales, entre otros temas, elogiaron las sillas del avión ajustables. Explicaron que gracias a esto los rayos del sol no ocultan el panel de instrumentos del bombardero.
Hmeymim cuenta con todo lo necesario para la vida: un cine, un museo, una biblioteca con libros recientemente publicados, una iglesia, simuladores modernos y una lavandería.
En el comedor tienen helados, sopas, además de grandes pantallas de televisión. Asimismo, cuentan con una panadería local y una tienda con todo lo necesario.
Además, en Hmeymim hay una sala de relajación con sillones ajustables, así como música acompañada de un espectáculo visual. Los usuarios de la sala pueden ponerse las gafas de realidad virtual, algunos con imágenes de islas tropicales con música ligera, otros con hipnosis de audio relajante.
"¡Quién quiere disfrutar de una paz duradera, debe poder luchar!", dice un cartel colgado en una pared del aeródromo. Otras paredes cuentan con paneles de información sobre la historia de Siria y la estructura territorial del país.
Además, periodistas y blogueros rusos reseñaron la abundancia de flores, arbustos, fuentes, bancos y esquinas sombreadas en Hmeymim.
Hasta hay un escudo de Rusia tallado en piedra por el picapedrero sirio Suleiman Hudr Alej, de la provincia de Homs, en el que se lee: "Gracias, Rusia".