Además de sorprender por su increíble equilibrio, la joven también posee una flexibilidad poco usual. Estos atributos le serán muy útiles a la hora de cumplir su sueño: ser bailarina de ballet clásico.
Yana tiene 13 años y vive en San Petersburgo, donde estudia en la Academia de Ballet de Rusia Vagánova. Es una de las escuelas de ballet más antiguas del mundo y en ella estudiaron otras leyendas de este arte como Anna Pávlova, Matilda Kshesinskaya o Mijaíl Baríshnikov.
Yana trabaja muy duro y a diario y no deja de hacerlo ni siquiera en las escaleras mecánicas, donde se pueden ver en acción sus particulares piernas.