En la capital argentina, el sábado 14 el Gobierno de la Ciudad había organizado con antelación el festival 'Buenos Aires celebra Siria', en el marco de los diferentes festivales de colectividades que se llevan a cabo en la céntrica Avenida de Mayo. Quiso la casualidad que el acontecimiento coincidiera con la fecha del triste episodio bélico, por lo que la Secretaría de Derechos Humanos del ayuntamiento decidió suspender "hasta nuevo aviso" el evento.
Sin embargo, un grupo de personas marchó en dirección a la embajada de EEUU para manifestar su descontento con el ataque, así como con el apoyo expresado por el presidente Mauricio Macri a la coalición de países que decidieron lanzar su artillería contra objetivos del Gobierno sirio.
En Santiago, un grupo de manifestantes intentó acercarse a la delegación diplomática de Washington, pero fue duramente reprimido por las fuerzas de choque, como se puede ver en vídeos subidos en redes sociales.
Paralelamente, en Caracas se realizó una marcha "antiimperialista" y "por la paz". En la movilización, en la que participaron miles de personas, el vicepresidente del Partido Socialista Unificado de Venezuela, Diosdado Cabello, expresó que "la lucha de Siria está íntimamente relacionada" con la de su país.
Aunque el ataque fue presentado como represalia por el supuesto uso de un agente tóxico en Duma, denunciado por los rebeldes y las ONG asociadas, los aliados no quisieron esperar a que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), cuyos expertos ya están desplegados en Siria, terminase su investigación sobre el terreno.
Rusia condenó en términos enérgicos el ataque a Siria al calificarlo de agresión contra un Estado soberano que está en la primera línea de la lucha contra el terrorismo.