El casco azul falleció el 10 de abril en la capital centroafricana, Bangui, durante un intercambio de disparos con grupos armados.
Otros ocho militares de la Minusca resultaron heridos en el enfrentamiento.
"El secretario general recuerda que los ataques contra el personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas pueden constituir un crimen de guerra e insta a las autoridades de la República Centroafricana a que los investiguen y lleven a los responsables ante la justicia", declaró el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.
El incidente tuvo lugar después de que la Minusca iniciara una operación conjunta con el ejército y la policía centroafricanos para desarmar y detener a miembros de grupos criminales en un barrio de Bangui.