El ministro reiteró que no se puede resolver "ningún conflicto en la región o en el territorio del país donde viven los kurdos sin su participación".
"Insistimos en que todas las partes inicien negociaciones para cesar las hostilidades y volver a la vida normal, con pleno respeto a la integridad territorial y la soberanía de Siria", dijo.
El pasado 14 de enero se informó que EEUU planeaba crear en el norte de Siria una fuerza de 30.000 milicianos kurdoárabes, que formarían parte de la nueva Fuerza de Seguridad Fronteriza Siria.
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Seis días después Ankara y sus aliados del opositor Ejército Libre Sirio lanzaron la Operación Rama de Olivo en el cantón de Afrín, provincia noroccidental siria de Alepo.
Para Turquía, las YPG son una extensión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), formación que considera terrorista.
El 24 de marzo pasado Turquía declaró haber establecido control total sobre la región.
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Damasco condenó la operación turca al subrayar que Afrín es una parte inalienable del territorio sirio.