El presidente de Rusia, Vladímir Putin, voló a la ciudad siberiana para inspeccionar la situación en persona. Inició la reunión sobre las consecuencias del incendio con un minuto de silencio en honor a los fallecidos. Putin subrayó que esas pérdidas fueron producto de una "criminal negligencia".
Debido al número de fallecidos, el día 28 de marzo ha sido declarado día de luto nacional en toda Rusia.