"Hay un centenar de investigadores trabajando aquí, su labor es dirigida por el jefe del Comité de Investigaciones. No duden de que todos los culpables serán castigados", aseguró Putin al reunirse con un grupo de ciudadanos que ponen en tela de juicio el sumario oficial.
El alcalde de Kémerovo, Iliá Serediuk, admitió en esa reunión que la última inspección en el local siniestrado —antigua planta de confitería reconvertida a centro comercial— se llevó a cabo en 2016.
"Dos años sin inspecciones, a pesar de que debían garantizar la seguridad", replicó indignado el presidente.
Más temprano, Putin había indicado como causa principal del siniestro "una negligencia criminal".
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Hoy se supo que la alarma antincendios en el local llevaba sin funcionar desde el 19 de marzo, sin que nadie se ocupara del asunto.
El foco fue en el piso superior, donde se ubicaban varios cines y zonas recreativas infantiles.
Es el segundo incendio más mortal de los últimos cien años en Rusia, tras el del club nocturno Jromaya Lóshad en Perm, que mató a 153 personas en 2009.
Las autoridades de Kémerovo declararon tres días de luto por las víctimas a partir de martes 27.
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