"En lo que se refiere a Luxemburgo, en nuestro país hay un número muy limitado de diplomáticos rusos y, a pesar de todos nuestros esfuerzos, no fue posible probar que alguno de ellos es un espía o trabaja contra los intereses del país", declaró Asselborn en el programa 5 minutes del canal RTL.
Al mismo tiempo, expresó su plena solidaridad con el Reino Unido.
Skripal, exoficial de Inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, que es nacional de Rusia, fueron hallados inconscientes el 4 de marzo cerca de un centro comercial en la ciudad británica de Salisbury.
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Ambos continúan en estado crítico y reciben tratamiento por intoxicación con una sustancia de acción neuroparalizante que, según los británicos, tiene procedencia rusa.
La ola de expulsiones comenzó con una declaración de la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, en la que la misma responsabilizó a Moscú de "un intento de asesinato" en Salisbury y ordenó la salida de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países como represalia.
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Moscú, que rechaza todas las acusaciones por infundadas, respondió con una medida simétrica, además de anunciar el cierre del consulado británico en San Petersburgo y de la oficina del British Council en Moscú.