Los magistrados pasaron cinco horas debatiendo si había que juzgar o no ese recurso, y cuando por fin decidieron que sí que tenían potestad para hacerlo consideraron que era demasiado tarde; el juez Ricardo Lewandowski, por ejemplo, advirtió que la votación podría superar la medianoche, lo que no sería "razonable".
En caso de que los jueces del Supremo no acepten la petición de la defensa el próximo 4 de abril el expresidente estaría más cerca de entrar en prisión, puesto que sólo podría esperar que esta corte cambie su jurisdicción sobre las condenas en segunda instancia.
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Hace dos años el Supremo determinó que los condenados en segunda instancia (el caso de Lula) deben empezar a cumplir la condena, a pesar de que haya recursos pendientes de resolución en instancias superiores, pero varios magistrados están presionando para votar de nuevo y revertir esa decisión, lo que beneficiaría a Lula.
Sin embargo, como los jueces del Supremo no se pronunciaron todavía la hipotética entrada en prisión del expresidente no será tan inminente, porque habrá que esperar a su decisión del próximo 4 de abril.
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El líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) fue condenado por presuntamente recibir un apartamento de lujo de manos de la constructora OAS, una de las empresas involucradas en la trama corrupta de Petrobras.
Tanto si finalmente entra en prisión como si no la decisión sobre su candidatura la tomará a partir de agosto el Tribunal Superior Electoral, y todo apunta a que será vetado, dado que la legislación brasileña no permite candidatos que hayan sido condenados en segunda instancia.
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