Una pancarta cuelga hoy de la Iglesia del Santo Sepulcro en la que se dice basta a la "persecución" que sufren las iglesias en Israel, según los organizadores de la protesta.
El proyecto de ley que se está discutiendo en la Knesét autoriza al estado a expropiar con carácter retroactivo las tierras que las iglesias ortodoxa y católica han vendido desde el año 2010.
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Los jefes de las tres principales confesiones cristianas de Jerusalén hicieron público un comunicado conjunto en el que critican "el ataque sistemático a la minoría cristiana en Tierra Santa".
El cierre de la Iglesia del Santo Sepulcro es una medida extrema con la que se quiere llamar la atención de las comunidades cristianas occidentales y de la lucha de las comunidades cristianas locales contra leyes que se consideran injustas.
Los líderes religiosos cristianos también arremetieron contra el alcalde judío de Jerusalén, Nir Barkat, quien anunció su intención de recaudar unos 150 millones de euros en impuestos municipales atrasados de las propiedades cristianas de la ciudad santa.