"El mundo se fija en el régimen de Asad, Rusia e Irán: tienen todos los instrumentos no solo para poner fin a este conflicto indignante, sino también para garantizar la seguridad, el acceso a la ayuda humanitaria y la asistencia médica de base de la que carecen millones de sirios, y es indignante que ustedes no lo hagan", dice la nota del canciller británico, que está en disposición de Sputnik.
Agregó que en la última semana se recibieron informes sobre la escalada de violencia en el arrabal damasceno de Guta Oriental e Idlib, "incluidas informaciones sobre el uso de armas químicas".
El 6 de febrero la Comisión Independiente de Investigación para Siria de la ONU, encabezada por el brasileño Paulo Pinheiro, comunicó que recibió datos sobre un deterioro de la situación en Guta Oriental e Idlib, donde supuestamente fueron empleadas bombas cargadas con gas cloro, y añade que estos informes se están investigando.
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La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, calificó de "especulaciones" estas informaciones, que buscan alejar la posibilidad de negociaciones pacíficas entre la oposición y el Gobierno sirio, y llamó a esperar una investigación imparcial de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.
Rusia lanza bombardeos aéreos contra los terroristas en Siria a partir de 2015, por petición del presidente Asad.
En diciembre pasado el Estado Mayor General de Rusia anunció que todos los territorios controlados antes por los terroristas de Daesh (autoproclamado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países) en Siria fueron liberados, tras lo cual el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó el tercer recorte del contingente ruso emplazado en el país árabe.
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Además de ayudar a Siria en la lucha antiterrorista, Rusia, junto con Irán y Turquía, patrocina el proceso de paz de Astaná, que permitió crear en el país árabe cuatro zonas de distensión que sirven para afianzar el armisticio vigente desde el 30 de diciembre de 2016 y separar a los rebeldes de los grupos terroristas.