"El crecimiento en España, que estuvo muy por encima de su potencial, ha sido corregido ligeramente a la baja para 2018", explica la organización en su último informe sobre las perspectivas de la economía mundial.
En sus previsiones del pasado mes de octubre, el FMI pronosticó un crecimiento español del 2,5% en 2018, por lo que su actualización supone un descenso de una décima respecto a la estimación previa.
Aunque el FMI no detalla cuáles son esos elementos de incertidumbre, parece claro que con ello se refiere a la crisis institucional en Cataluña.
Del mismo modo, el hecho de que el Gobierno central se encuentre en minoría es un factor de inestabilidad, ya que cualquier contratiempo a la hora de negociar asuntos clave como los Presupuestos Generales del Estado con el resto de partidos puede adelantar el fin de la legislatura.
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La previsión de un crecimiento del 2,5% en 2018 supone una notable ralentización respecto a los años 2016 y 2017, en los que la economía española creció un 3,3 y un 3,1% respectivamente.