La tripulación del Boeing-747 tuvo que interrumpir el vuelo y buscar el aeródromo más cercano menos de dos horas después del despegue debido a que se prendió la señal que indica que hay un incendio en el chasis.
Goose Bay era el aeródromo más cercano, pero carece de la infraestructura necesaria para recibir y acomodar tal cantidad de pasajeros, ya que normalmente sirve solo para los militares de la OTAN y también como una pista de aterrizaje alternativa de la NASA.
Según el diario Hamodia, el avión aterrizó "en una hoja de hielo". Tras llegar un avión de cambio, la gente tuvo que abandonar el calor de su Boeing-747 y salir a la base aérea con 30 grados bajo cero, muchos sin abrigos, solo mantas.
Varios pasajeros del vuelo eran rabinos que viajaban a Israel para participar en la tradicional conferencia religiosa Yarchei Kallah.