Los más de 100 sarcófagos que fueron hallados en la necrópolis egipcia de Saqqara fueron sellados hace unos 2.500 años y notaron que varios contenían jeroglíficos con mensajes de advertencia y maldiciones para que no fueran abiertos.
"En general, afirman que si una persona impura entra en la tumba [probablemente en cuerpo y / o intención], entonces el consejo de los dioses puede castigar al intruso y retorcerle el cuello como el de un ganso", señaló.
Una de estas maldiciones fue encontrada en la tumba de un oficial del Faraón, el visir Ankhmahor, que vivió hace más de 4.000 años durante la sexta dinastía de Egipto y fue enterrado en una mastaba, una tumba sobre la tierra con forma de caja rectangular.
"Todo lo que el intruso pueda hacer contra mi tumba, lo mismo se hará con su propiedad", decía otra de las maldiciones. Cerca de allí había una advertencia de que "el visir conoce los hechizos secretos y amenaza con llenar a los intrusos "impuros" con un "miedo a ver fantasmas".
No obstante, había mensajes en la tumba de Ankhmahor dando la bienvenida a la gente con buenas intenciones. En particular, dicen que el visir los protegerá en la corte de Osiris, el gobernante del reino del inframundo, que juzga a las almas muertas antes de su transición a la otra vida.
Ikram señaló que la mayoría de los "sellos de maldición" se hicieron entre los años 2.575 y 2.150 a. de C.
Tras una cuidadosa investigación y preparación, los más de 100 sarcófagos hallados serán distribuidos entre los diferentes museos de Egipto.