A pesar de haber nacido como una respuesta de China para atender las carencias regionales, el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura se convirtió rápidamente en algo más grande.
"El banco nace como un proceso paralelo a la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda. Es muy difícil disociarlos porque tienen componentes de conexión muy fuertes", dijo a Sputnik el investigador uruguayo Andrés Raggio.
"Son propuestas que están totalmente vinculadas a China, a su proyección sistémica y en particular a la gobernanza, entendida como la forma de hacer las cosas en este escenario internacional de claro conflicto entre dos potencias sistémicas. Una en declive y otra en ascenso", explicó.
"Además, la política norteamericana va absolutamente en contra de lo que está haciendo China. EEUU, como potencia en declive, está buscando erosionar las estructuras de relacionamiento internacional entre estados, con el vaciamiento de la Organización Mundial del Comercio o la Organización Mundial de la Salud. Pero China busca todo lo contrario: ampliar, tender puentes", señaló.
Para el analista, el Banco Asiático tiene un rol similar, que intenta competir con organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario o el Banco Mundial. Ambas son instituciones financieras surgidas del acuerdo de Breton Woods tras la Segunda Guerra Mundial y que constituyeron el orden mundial en el que EEUU es el líder.
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