Con las 225.640 pruebas del COVID-19 efectuadas durante la jornada, el índice de contagio bajó al 14,6%, frente al 16,1% del día anterior.
Lombardía reporta 8.180 infectados, casi un cuarto del total, Campania tiene 3.166 y Véneto 3.082, mientras Piamonte, Lacio, Emilia Romaña y Toscana registran entre dos y tres mil positivos.
En cuanto a las infecciones resueltas, durante la jornada fueron dados de alta 9.090 pacientes, para un total de 372.113, en tanto que los casos activos aumentaron hasta 613.358.
A pesar de que Italia sigue reportando decenas de miles de contagios cada día, la curva epidemiológica se está lentamente aplanando.
Según los datos del Ministerio de la Sanidad, entre el 27 de octubre y 3 de noviembre se registró un incremento del 49,7% de los casos positivos respecto a la semana anterior, mientras entre el 4 y el 10 de noviembre el aumento fue del 25,6%.
Por su parte, el diario Corriere della Sera comunicó que el Ejecutivo italiano podría imponer una cuarentena moderada en casi todo el país para frenar la difusión del coronavirus.
"Con el 'confinamiento ligero' las empresas y fábricas podrían seguir funcionando, pero en casi todo el territorio nacional deberían cerrar los bares y restaurantes, mientras las actividades comerciales quedarían reducidas al mínimo", informó el rotativo.
Según el referido medio, las nuevas medidas restrictivas podrían entrar en vigor después del 15 de noviembre.
Actualmente Italia está dividida en tres zonas (roja, naranja y amarilla), según el índice de contagio relevado en cada una de las regiones.
En la zona roja rige un confinamiento similar al de esta primavera, en la zona naranja están cerrados los bares y restaurantes y la capacidad del transporte público está reducida al 50%, mientras en la zona amarilla se mantienen las restricciones que ya estaban en vigor en el momento de la firma del decreto.