El mandato de Donald Trump va acercándose a su fin y toca hacer balance de estos cuatro años en lo relativo a lo militar. El inquilino de la Casa Blanca no tiene dudas al respecto: "Ahora tenemos las mejores armas jamás producidas por un solo país", aseveró en Wisconsin.
Misiles, cohetes, barcos, tanques, cazas… Todo de producción nacional y nuevo. Nada que ver, dice Trump, con la situación en la que estaba el país en 2016, cuando "todo era viejo" y los misiles, cohetes y armas nucleares con los que contaban "no estaban en las condiciones en las que tenían que estar".
"Por primera vez en nuestra historia moderna, Rusia posee las armas más avanzadas, que son múltiples veces superiores en fuerza, potencia y velocidad, lo que es muy importante en términos de precisión [en comparación a] todo lo que existía y existe hoy en día", declaró el presidente ruso, Vladímir Putin, en septiembre.
Mientras suenan afirmaciones de grandeza militar a uno y otro lado del Atlántico, el tiempo no se detiene y las dos potencias se encuentran ya al borde de un escenario de gran incertidumbre al expirar en febrero de 2021 el único tratado vigente que pretende limitar las armas entre Moscú y Washington. Se trata del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas ruso-estadounidense o START III, firmado en 2010.
En mayo, Washington propuso introducir más armas rusas en el tratado e incluir a China en el acuerdo, condiciones que Moscú no aceptó. Más recientemente, Putin ha propuesto extender el acuerdo por un año sin condiciones, lo que incluye no congelar las ojivas nucleares. Pero el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU no está dispuesto a dar su visto bueno a esa idea.