"Hemos sellado temporalmente la fuga de aire y en la Tierra están decidiendo cómo cerrar de manera hermética la fisura", dijo el tripulante en una conexión con el centro espacial ruso.
Vagner y Anatoli Ivanishin sellaron la fuga con un plástico y cinta adhesiva el pasado 16 de octubre tras localizar la fisura en una operación que les llevó dos semanas.
Desde la corporación espacial rusa Roscosmos confirmaron la solución provisional del contratiempo.
"La tripulación de la EEI subsanó la fuga provisionalmente en la plataforma con los medios a su alcance. Ahora un equipo de expertos y la tripulación estudian la forma de sellarla de manera permanente", corroboró a Sputnik un portavoz de la institución.
Otra fuente conocedora de la situación dijo a Sputnik que la fisura tiene entre dos y cuatro centímetros de longitud y fue cubierta con una cinta adhesiva Kapton resistente a las altas temperaturas.
"Según el análisis de las fotos, la fisura en el módulo Zvezdá tiene entre dos y cuatro centímetros. El cosmonauta [Serguéi] Rízhikov la selló provisionalmente con una cinta Kapton", explicó.
Vagner señaló que la fuga de aire era mínima e indetectable para los instrumentos disponibles en la Estación Espacial.
"Probamos pegar bolsa plástica en los posibles lugares de la fuga, pusimos cinta adhesiva en las juntas de soldadura y nada (...) Una tarde rompimos una bolsita de té filtrante, esparcimos su contenido en la cámara del módulo y al día siguiente vimos que las partículas del té se habían concentrado en el lugar donde se producía la fuga", contó Vagner.
Actualmente permanecen en la EEI los rusos Anatoli Ivanishin, Iván Vagner, Serguéi Rízhikov y Serguéi Kud-Sverchkov, así como los estadounidenses Christopher Cassidy y Kathleen Rubins.