Pruett, tercera en la clasificación de Top Fuel, se enfrentaba a su compañero del equipo de Don Schumacher Racing, Tony Schumacher, en la segunda ronda de eliminaciones de la World Wide Technology Raceway cuando su dragster se rompió a más de 410 kilómetros por hora.
La deportista voló por los aires unos instantes y se estrelló de nuevo contra el suelo bajo una lluvia de escombros.
Pruett se bajó rápidamente del vehículo y tranquilizó a la multitud, asegurando que se encontraba bien.
"¡Esa ha sido la ronda de competición más intensa y el viaje más salvaje que he tenido nunca, eso os lo aseguro", dijo Pruett tras la carrera. "Todavía estamos procesándolo todo, mirando las partes y trazar un plan para seguir adelante. Mi cuerpo está bien. Mi mente está bien", agregó en un comentario a la revista Dragzine.
Admitió que ver el accidente desde fuera en un vídeo era más aterrador que vivirlo. Dijo que al principio solo vió que su visión de la pista de carreras empezó a distorsionarse y que en un momento dado dejó de verla por completo, momento en el que se dijo a sí misma: "Esto no debería estar pasando".
"Recuerdo ver los marcadores y el cielo, y pensar que de verdad eso me estaba pasando. Pero inmediatamente supe que no había nada que pudiera hacer en ese punto excepto estar en la carrera. Porque una vez que ves los marcadores y las nubes y el cielo, se acabó. Fue el momento más tranquilo porque ya no estás en tierra y el motor sigue funcionando pero estás en el circuito, y entonces me sentí cambiando de dirección y pensé 'por favor, espero que esto no me duela'. Fue un momento estremecedor saber que iba a caer en algún momento", recordó en una entrevista con el portal NHRA.