"Vimos la terrible explosión en el puerto de Beirut el mes pasado", dijo el mandatario israelí mostrando un mapa de la capital libanesa después de la explosión de principios de agosto pasado. "Doscientas personas murieron, miles fueron heridas y un cuarto de millón se quedaron sin hogar", agregó, en retransmisión en directo de las Naciones Unidas (ONU).
Y añadió: "Ahora, aquí es donde va a tener lugar la siguiente explosión. Precisamente aquí", y señaló un lugar en el mapa próximo al lugar donde cientos de toneladas de nitrato de amonio estallaron el pasado cuatro de agosto.
Entonces Netanyahu llamó al pueblo libanés a protestar por la presencia de la fábrica de armas: "Le digo a las gentes de Janah, tenéis que actuar ahora. Tenéis que protestar contra esto. Porque si esta cosa explota, será otra tragedia", advirtió.
Pocos minutos después del discurso de Netanyahu, el Ejército israelí informó en un comunicado del hallazgo de dos locales en Beirut supuestamente usados por Hizbolá, la milicia respaldada por Irán y reconocida como organización terrorista por diversos países, para la manufactura de misiles de precisión.
El segundo está bajo un complejo de cinco edificios residenciales en los que viven unas 50 familias, a unos 90 metros de una mezquita.
Israel ha advertido en múltiples ocasiones que hará todo lo posible por evitar que Hizbulá complete su proyecto de convertir su arsenal masivo de misiles convencionales en misiles de precisión, lo cual supondría una verdadera amenaza para la defensa aérea israelí.