Después de la oración del Ángelus, el sumo pontífice calificó de "inquietantes" las noticias sobre una nueva escalada de tensión en el Caúcaso Sur y pidió a las partes en conflicto "gestos concretos de buena voluntad y fraternidad, que puedan llevar a la resolución de los problemas no mediante el uso de la fuerza y las armas, sino mediante el diálogo y la negociación".
El Papa invitó a los fieles presentes a orar juntos por la paz en el Cáucaso.
Por la mañana del 27 de septiembre, las fuerzas armenias y azerbaiyanas se acusaron de lanzar una ofensiva a gran escala en la zona de Nagorno Karabaj.
Por su parte, Azerbaiyán informó de ataques armenios contra sus instalaciones militares y civiles en la zona del conflicto, con un número aún indeterminado de muertos y heridos.
En la autorpoclamada república de Nagorno Karabaj y en Armenia se impuso ley marcial y se declaró movilización general, mientras que Azerbaiyán se abstiene por el momento de llamar a reservistas.
En verano hubo enfrentamientos esporádicos en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, principalmente en el sector norte. Las partes se acusaron de la escalada de tensión; Ereván informó de seis militares muertos y diez heridos, entre ellos un civil, y Bakú, de 12 bajas mortales, incluido un general.