"Primero, los pilotos aterrizaron rápidamente el avión en Omsk, pese a que el aeropuerto fue declarado 'minado'. Segundo, los empleados del servicio médico del aeropuerto y el equipo de reanimación no intentaron mentir sobre diabetes o algo por el estilo sino que enseguida dijeron claro y alto que era un envenenamiento tóxico y me pegaron una dosis de atropina", escribió Navalni, que ahora se encuentra en Alemania, en su cuenta de Instagram.
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Navalni afirmó —al precisar que solo es una hipótesis— que los planes de quienes habrían pretendido asesinarlo, y hacerlo pasar por un malestar sin que nadie pudiera atenderle en pleno vuelo, resultaron frustrados "por una serie de felices casualidades" y agradeció a los médicos haberle regalado una nueva vida.
El 22 de septiembre, Navalni fue dado de alta del hospital universitario Charité en Berlín, tras pasar allí 32 días, 24 de ellos en cuidados intensivos.
Navalni fue trasladado a Berlín después de haber pasado dos días en un hospital de la ciudad rusa de Omsk, luego de que perdiera el conocimiento durante un vuelo.
Según los médicos de Charité, los síntomas de Navalni apuntaban al envenenamiento con un inhibidor de colinesterasa.
Un laboratorio militar de Alemania y, posteriormente, laboratorios de Suecia y Francia determinaron que el opositor ruso había sido envenenado con un agente del grupo Novichok, una sustancia prohibida por la Convención sobre las Armas Químicas. Alemania proporcionó las muestras correspondientes a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.
Desde Moscú califican de infundada la versión alemana sobre lo ocurrido con Navalni y dicen esperar respuestas oficiales a las solicitudes enviadas a Berlín.