"Adoro mi patria, tengo muchas granas de volver a mi tierra natal, y regresaré sin falta cuando me sienta segura allí", dijo Tijanóvskaya durante una conferencia de prensa.
Agregó que la república debe celebrar nuevas elecciones presidenciales libres y justas.
"Hay que cesar la violencia, liberar a los presos políticos y volver a celebrar unas elecciones libres, justas y transparentes. El pueblo de Bielorrusia lo exige y debe ser escuchado", dijo la opositora.
También llamó a todos los países del mundo a respetar la soberanía de Bielorrusia.
Según el Ministerio del Interior, centenares de personas sufrieron heridas, incluidos más de 150 agentes del orden público, y más de 6.700 personas fueron detenidas. Tres personas fallecieron.
La violencia disminuyó en los días siguientes, pero las protestas continuaron y trascendieron de la calle a algunas cadenas de televisión públicas y compañías industriales, que se declararon en huelga.
La oposición bielorrusa exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.