Día 42 de distanciamiento social en Venezuela: la luna creciente indica a los pescadores de Higuerote que en abril aún les dará tiempo de traer alimentos de altamar, antes de que se inicie mayo y, con él, la luna llena que se traduce en días malos para este oficio.
"Uno trabaja por medio del tiempo, por lo menos ahorita es luna nueva, está creciendo, nos queda esta semana de faena, porque después que la luna se pone ya grande ya no puede pescar, porque uno trabaja con lo oscuro, sin luz", dijo a Sputnik Jorge Camacho de 52 años de edad, residente de Higuerote y vocero de la Mesa de Pesca del Estado Mayor de Miranda.
En esta época de cuarentena los trabajadores del mar solo se detuvieron cuando se asomó la luna llena a inicios de abril, del resto cada día estuvieron en su brega, en jornadas que comienzan a las 4:00 hora local (8:00 GMT) y concluyen en muchos casos pasadas las 15:00 (19:00 GMT), la amenaza del COVID-19 no los frenó.
"Nuestros familiares saben que tenemos que apoyar con proteínas a todas las familias venezolanas y que, así como el sol sale cada día, las personas tienen que alimentarse y es nuestro deber llevar el sustento a nuestras casas y a la de cada venezolano, entonces nada, aquí los pescadores seguimos trabajando", relató Jesús Martín, pescador de 31 años de edad con 10 años en la actividad.
Escasez de gasolina
El trabajo en esta región pesquera no se escapa de la crisis provocada por la pandemia y aunque los pescadores no pararon, la producción cayó entre 60 y 70%, contó Camacho.
En el caso de Venezuela, además de afrontar los riesgos de contagio de la enfermedad de COVID-19, los pescadores tuvieron que adaptar sus rutas a la escasez de gasolina.
En Caracas, y el resto de Venezuela, las filas de autos en las estaciones de servicio son interminables para surtir los vehículos con combustible, casi desde que se inició la cuarentena.
Sin embargo, estos pescadores contaron a Sputnik que lograron "mantener una perfecta" coordinación con las autoridades locales y del Gobierno central, para evitar que esta situación afecte su fuente de ingresos y también la alimentación de esa región.
Donaciones
Lo que estos pescadores logran sacar del mar luego de arduas jornadas de trabajo bajo el sol no es únicamente para la venta.
En medio de la pandemia, los pescadores se mantienen en alianza con los líderes de cada comunidad cercana a su municipio en el estado Miranda y, a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP – como se conoce al programa de alimentos subsidiados del Gobierno), realizan donativos.
"Granito a granito", dijeron los pescadores, están haciendo un esfuerzo junto a sus familias y compañeros con el objetivo de organizar su trabajo para que todos tengan ingresos y las poblaciones de más bajos recursos cuenten al menos con un pescado en su mesa.