"El texto del acuerdo alcanzado en Doha menciona un alto el fuego, pero en las etapas finales del acuerdo, según el cual la retirada de las tropas extranjeras y el intercambio de prisioneros deben tener lugar primero para allanar el camino a las conversaciones interafganas", señala una declaración publicada en el sitio web del movimiento insurgente.
El documento insta a la otra parte a "dar prioridad a la implementación del acuerdo en lugar de hacer demandas irrazonables y prematuras y a evitar las demoras innecesarias".
El portavoz de la oficina política de los talibanes en Catar, Suhail Shaheen, tuiteó el 23 de abril que "en un momento en que las vidas de miles de prisioneros están en peligro debido al coronavirus y se están poniendo obstáculos ante el proceso de paz y la implementación completa del acuerdo, pedir un alto el fuego no es racional ni convincente".
El presidente afgano, Ashraf Ghani, se mostró reacio a este punto en un principio, insistiendo en negociarlo aparte, pero luego ordenó liberar a 1.500 talibanes.
La Oficina del Consejo de Seguridad Nacional de Afganistán precisó este 24 de abril que "el Gobierno ha liberado a 550 prisioneros talibanes en 18 provincias acorde al decreto presidencial del 11 de marzo" y que "las liberaciones continuarán en otras prisiones para liberar un total de 1.500 como parte de los esfuerzos para avanzar en la paz y luchar contra COVID-19".
Más de 1.280 personas en Afganistán dieron positivo por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 hasta la noche del 23 de abril, incluidas 42 que sucumbieron a la infección.