"Presentamos a la Asamblea Legislativa Plurinacional [ALP, parlamento], un proyecto de ley que propone un rango de fechas para la votación, entre el domingo 7 de junio y el domingo 6 de septiembre", dijo en conferencia de prensa el presidente del TSE, Salvador Romero.
Señaló que, según ese proyecto concertado con los ocho partidos y frentes inscritos para los comicios, "el TSE definirá una fecha para la votación dentro del rango propuesto, a partir de consideraciones técnicas y valoraciones científicas sobre la probable expansión de la pandemia".
Señaló que, según ese proyecto concertado con los ocho partidos y frentes inscritos para los comicios, "el TSE definirá una fecha para la votación dentro del rango propuesto, a partir de consideraciones técnicas y valoraciones científicas sobre la probable expansión de la pandemia".
En suspenso
El proceso electoral boliviano está declarado en suspenso desde la semana pasada, por las sucesivas declaraciones gubernamentales de emergencia y cuarentena, que incluían la prohibición de reuniones y actividades públicas de todo tipo.
El jefe electoral destacó el consenso entre las fuerzas políticas y aseguró que el aplazamiento de la votación preservaba "tanto los principios básicos de la salud pública como los requisitos de una elección técnicamente sólida y políticamente imparcial".
Añadió que el órgano electoral confiaba en que el parlamento tratará con prioridad la ley de modificación del calendario electoral en cuando pueda reinstalar sus sesiones en medio de la emergencia sanitaria.
El anuncio del aplazamiento electoral fue hecho al día siguiente de que el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez —quien es también candidata para los comicios— decidiera endurecer los controles militares y policiales de una cuarentena "total" que hasta el 25 de marzo no había sido acatada en varias ciudades y regiones rurales.
Los comicios de este año han sido acordados por las fuerzas políticas bolivianas como vía de restauración de la democracia luego de la crisis de 2019 que se inició con protestas contra un supuesto fraude electoral y pasó por la renuncia forzada del presidente Evo Morales y la posterior autoproclamación de Áñez.
Hasta la suspensión de la campaña, el Movimiento Al Socialismo de Morales era el partido más activo y su candidato, Luis Arce, destacaba como claro favorito en las encuestas de intención de voto.
Lo seguían en esas encuestas el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), y luego la presidenta Áñez.