"El CICR está ayudando con la respuesta ante la migración en Grecia en sus áreas de competencia específicas: el apoyo (...) al restablecimiento del contacto entre familias, el apoyo a los esfuerzos internacionales por identificar a las personas que murieron en la ruta migratoria y la notificación a las familias, así como las visitas a los migrantes privados de libertad", comentó Ishoy.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC, por sus siglas en inglés) expresó preocupación por miles de personas, incluidos niños, que podrían sufrir unas consecuencias negativas a causa del reciente aumento del flujo migratorio.
La IFRC llamó a los gobiernos a impedir que los migrantes se usen como "instrumento político".
"Es inadmisible que niños y familias sean expuestos a gas lacrimógeno y violencia o pongan en riesgo sus vidas en el mar Egeo", dijo el presidente de la IFRC, Francesco Rocca, y llamó a los miembros de la UE a asumir sus responsabilidades en la protección de las personas.
El plan prevé, en particular, la concesión de ayuda financiera a Turquía para la acogida de refugiados, el retorno a Turquía de todos los migrantes que entraron ilegalmente en Grecia desde el territorio turco y la acogida por la UE de los migrantes legales sirios procedentes de Turquía.
Al agravarse la situación en la provincia siria de Idlib, Turquía declaró que ya no puede contener los flujos de migrantes y refugiados y abrió sus fronteras con la Unión Europea, tras lo cual miles de migrantes se dirigieron a Grecia.
Atenas registró en tres días unos 20.000 intentos de cruzar ilegalmente la frontera y concentró allí a centenares de policías y varias unidades militares griegas.