"Basado en evaluaciones psicológicas exhaustivas de 26 solicitantes de asilo (nueve niños y 17 padres), la separación forzada que hace el Gobierno de Estados Unidos de las familias solicitantes de asilo constituye un trato cruel, inhumano o degradante y, en todos los casos evaluados por PHR, cumple con los criterios para tortura", afirmó PHR en un comunicado de prensa que resume el informe.
Con el título: "Nunca volverá a ver a su hijo: los efectos psicológicos persistentes de la separación familiar", el trabajo proporciona la primera evidencia médica y psicológica del daño duradero asociado con la separación familiar, según el comunicado.
El estudio acusó a los funcionarios estadounidenses de llevar a cabo intencionalmente acciones discriminatorias que causaron dolor y sufrimiento severos, con el fin de castigar, coaccionar e intimidar a los solicitantes de asilo centroamericanos para que renuncien a sus solicitudes, acciones que cumplen con los criterios de la Convención contra la Tortura de la Organización de las Naciones Unidas.
Más de 1.110 familias fueron separadas desde el 26 de junio de 2018, pese a que una orden judicial suspendió ese tipo de política migratoria.
Asimismo, 5.512 niños fueron separados de sus familias desde julio de 2017, según el informe, que cita datos de la Unión Americana de Libertades Civiles.