Formalmente, el encuentro entre el canciller argentino, Felipe Solá, y el futuro canciller uruguayo, Ernesto Talvi, se basó en la situación del Mercosur y la relación bilateral entre los dos vecinos del Río de la Plata. Sin embargo, el Gobierno argentino sorprendió con un tema que la contraparte uruguaya no se esperaba: la preocupación por los acercamientos entre Montevideo y las Islas Malvinas.
El diario consigna que la delegación argentina pidió específicamente a Talvi que el Gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou —que asumirá el próximo 1 de marzo— no permita que aviones militares británicos utilicen aeropuertos uruguayos como escala en el viaje hacia las Islas Malvinas.
Iribarne compartió el dato de que durante 2019 partieron 13 vuelos desde Uruguay hacia las Islas Malvinas, algo que para Argentina "viola una suerte de acuerdo tácito" entre los dos países del Cono Sur, dado que no se trata de vuelos de emergencia, los únicos que el Gobierno argentino aceptaría.
Uno de los ejemplos que más molestia causa en filas del Gobierno de Alberto Fernández es el estand que el Gobierno de las Islas Malvinas coloca en cada edición de la Exposición Rural que se realiza todos los años en Montevideo.
La reivindicación por la soberanía argentina de las Islas Malvinas es uno de los puntos centrales de la gestión de Alberto Fernández. El propio mandatario puso al reclamo como uno de los temas de su discurso inaugural. La designación de Filmus, un hombre fuerte del peronismo y cercano de Fernández, al frente de una secretaría específica sobre las islas, fue otra señal de la centralidad del tema para Argentina.